Se han evidenciado estudios de concentración y
memoria en los que se demostraron que masticar mejora un 35% nuestra capacidad
de retener, por ejemplo, palabras. Así lo explica en un trabajo que acaba de
publicar el doctor Stephen Moss, profesor emérito de la Universidad de Nueva
York, "masticar aumenta en el cerebro los niveles de hemoglobina, la
proteína que transporta el oxígeno. Sabemos que la llegada de oxígeno extra al cerebro puede mejorar la
función de la memoria", afirma.
Otro estudio de la doctora Lucy Wilkinson, de
la unidad de neurociencias cognitivas de Universidad de Northumbria, en el
Reino Unido, dividió al azar en tres grupos a 75 jóvenes de 26 años. Durante
dos minutos, un grupo masticó chicle sin azúcar, otro simuló los movimientos de
mascado sin chicle y el tercero no masticó. Luego de un intervalo de 20 minutos
con otras tareas, se evaluaron la memoria y la atención de los dos primeros
grupos. Y concluyó que, los jóvenes que habían masticado chicle recordaron un
35% más de palabras de una lista. "Esto sugiere que la masticación mejora
la memoria secundaria, que reúne la capacidad de aprender, almacenar y
recuperar información”
"A partir
de esto sabemos que existe un efecto real sobre la memoria basado en la
cantidad de resistencia del material masticado", explica el autor del
trabajo "Los beneficios de la masticación".
Las nuevas técnicas de detección por imágenes
permiten conocer que el flujo sanguíneo al cerebro aumenta hasta un 20% durante
la masticación y hasta un 30% si la dentadura es postiza. "Masticar deja
de ser el primer paso de la digestión y pasa a ser una función que aporta más
sangre al cerebro", dice Furze.
"Masticar con una fuerza de mordida
moderada mejora el funcionamiento neuronal", afirma el doctor Minoru
Onozuka, de la Universidad de Gifu, en Japón, en las conclusiones de una
investigación citada por el profesor Moss. En 2002, Onozuka comprobó en ratones
ancianos sin molares que las células del hipocampo, una región del cerebro
esencial en el aprendizaje, se deterioraban más rápido que en roedores con
dentadura completa. En distintas pruebas, aquellos ratones no lograron recordar
acciones ya aprendidas.
El profesor Nakata, por su parte, sugirió que
la masticación puede ayudar a prevenir la demencia senil al mejorar el flujo de
sangre al cerebro. Y el profesor Moss agrega que masticar acelera el ritmo
cardiaco, produce un mayor gasto de energía e inhibe la secreción de hormonas
del estrés.
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