Para comprender cómo se realiza el movimiento y la fuerza que se requiere es necesario un profundo conocimiento del sistema neuromuscular. El músculo representa aproximadamente un 75% de la masa corporal. Los músculos varían en forma y tamaño y tienen que cumplir muy diversas funciones. Los músculos más grandes, como los isquiotibiales y el cuádriceps controlan el movimiento. Otros músculos, como el corazón o los músculos del oído interno aunque cumplen con otras funciones, sin embargo, a un nivel microscópico tienen una estructura similar. En un nivel macroscópico, el músculo esquelético tiene una estructura compleja. Si diseccionamos un músculo, vemos que está cubierto por una capa de tejido conectivo, el epimisio que cubre el músculo por completo manteniendo su estructura interna unida. Si cortamos el epimisio vemos una serie de pequeños haces de fibras (fascículos) rodeados por un tejido conectivo denominado perimisio. Finalmente, cortando el perimisio se llega a las fibras musculares que son células musculares individuales. fibra muscular está cubierta por una capa de tejido conectivo llamada endomisio. La fibra muscular es casi invisible a simple vista, su diámetro oscila de 10 a 80 micras y la mayoría tienen la misma longitud que el músculo. Ello significa que una fibra muscular del muslo tiene más de 35 cm de largo. El número de fibras musculares varía considerablemente, dependiendo del tamaño y de la función muscular. Cada fibra muscular está compuesta de decenas de miles de miofibrillas que se pueden contraer, relajar y elongar. Las miofibrillas están formadas por millones de bandas denominadas sarcómeros. Las células o fibras musculares estriadas, se dividen en dos: células extrafusales e intrafusales. Las células extrafusales, son células dedicadas a la función contráctil que, dependiendo de sus características fisiológicas, pueden ser del tipo I (rojas, aeróbicas, de contracción lenta), del tipo II (blancas, anaeróbicas, de contracción rápida) o del tipo intermedio (con características intermedias entre las dos anteriores). Las células intrafusales o husales, son células estriadas que se encuentran en los husos neuromusculares, cuya función se relaciona con el control del movimiento y el tono muscular. Las células intrafusales se encuentran formando las cadenas y los sacos, dispositivos especiales relacionados con el sistema propioceptivo. Informan al cerebro del estado de tensión y de la longitud de las fibras musculares, así como de la velocidad a la que se producen dichos cambios en la longitud muscular.
Con relación a la contracción muscular hay autores que se manifiestan, pero no entran en definiciones, en otros casos los criterios emitidos se sustentan en el acortamiento del músculo (Klyfford y Gray 1971, Prives et al 1981, Rosell y Dovale 1990), sin embargo Fornabay (2003) considera que hay contracción cuando las fibras musculares generan una tensión en sí mismas, situación que se da cuando el músculo está acortado, alargado, o mantiene su longitud. Partiendo de estos criterios se propone la siguiente definición operativa de contracción muscular, que atiende a la esencia y no a las manifestaciones externas del fenómeno: contracción muscular es la acción de compactación y endurecimiento de las fibras musculares para producir una fuerza muscular dinámica o estática.
Existen diversas formas de clasificación de la contracción muscular. Estas formas o nomenclaturas, están determinadas fundamentalmente por aspectos morfológicos, fisiológicos y biomecánicos. La activación del músculo puede dar lugar a tres acciones diferentes:
Es aquel que se desarrolla cuando existe un desequilibrio entre el momento resistente y el momento motor. El trabajo dinámico se denomina también isotónico. Para algunos autores este término es erróneo porque la tonicidad muscular no es idéntica en función de las variaciones lineales del músculo. Por eso se llama también anisométrico, nombre que se opone al trabajo estático. La activación del músculo provoca un acortamiento o acción dinámica concéntrica cuando se supera la fuerza externa y esta actúa en sentido contrario al del movimiento.
Al igual que en la acción anterior, existe un desequilibrio entre el momento resistente y el momento motor, pero en este caso se produce una cesión ante la resistencia externa. La fuerza externa actúa en el mismo sentido del movimiento.
La tensión-fuerza muscular es equivalente a la resistencia externa. No existe movimiento y por tanto tampoco trabajo mecánico. Existen unas ventajas e inconvenientes del trabajo dinámico y estático que se resumen en la siguiente Tabla.
Se entiende por fuerza máxima la máxima tensión aplicada que un músculo o grupo muscular puede alcanzar. Se expresa generalmente como 1RM (una repetición máxima). La potencia muscular representa el aspecto explosivo de la fuerza; es el producto de la fuerza y la velocidad del movimiento. Por último, la capacidad de poder sostener acciones musculares repetidas durante un largo periodo de tiempo se denomina fuerza-resistencia. En el desarrollo de la fuerza muscular intervienen diferentes factores que condicionan la propia capacidad de desarrollar la fuerza.
La máxima tensión desarrollable varía en función de la modalidad de la contracción y de la velocidad. El máximo grado de tensión desarrollable se alcanza en las contracciones excéntricas, es decir, en aquellas que se produce un cierto nivel de elongación previo. El mínimo se alcanza en las concéntricas, siendo las isométricas intermedias. Por otro lado, en las contracciones concéntricas, cuanto más elevada es la velocidad de acortamiento muscular menor es el grado de tensión máxima alcanzable. Por ello, en las contracciones excéntricas, a mayor velocidad de contracción, mayor es la tensión máxima alcanzable. El músculo alcanza su máximo grado de tensión posible en las contracciones excéntricas y a una velocidad relativamente elevada.
■ Factores fisiológicos:
La tensión desarrollada en el músculo depende de número y dimensiones de las fibras del mismo que se contraen y de la intensidad con la que lo hacen. Para cada una de las fibras, la cuantía de la contracción depende del número de potenciales de acción y de las características mecánicas en las que la contracción se efectúa. Son factores adicionales: el grado de sincronismo de las fibras que se contraen, la adecuada relajación de los músculos antagonistas y el tipo de contracción.
■ Factores mecánicos:
Los aspectos mecánicos del movimiento dependen en-tre otras cosas de las características de la inserción ósea y de la magnitud del brazo de palanca.
■ Otros factores: peso corporal, edad, entrenamiento, género.
2. CADENAS MUSCULARES
La postura es reflejo de nuestro morfotipo, de la actividad que desarrollamos, de nuestro estado de ánimo, y también de los problemas físicos que padecemos según algunas publicaciones. El concepto de cadena muscular fue elaborado a partir de la observación de diferentes estáticas. Se puede considerar que el individuo está forma-do por cinco cadenas articulares:
■ Primera: cabeza + raquis + sacro.
■ Segunda: MS derecho.
■ Tercera: MS izquierdo.
■ Cuarta: MI derecho.
■ Quinta: MI izquierdo.
2.1. Ejes
Se puede considerar que el individuo tiene un eje vertical y otro horizontal. El eje vertical es el de la primera cadena (cabeza + raquis + sacro) y el eje horizontal el de los miembros.
La pelvis será el centro de equilibración tanto del eje vertical como del horizontal.
El eje horizontal permite al individuo entrar en relación con el medio externo. El eje vertical es el de la personalidad profunda del individuo. Las cadenas articulares están revestidas por cadenas miofasciales. Los músculos se encadenan unos con otros a través de las fascias (tejido conjuntivo, materia de sostén de todo el organismo). Hay cinco cadenas musculares. Su denominación depende de su predominio en unas zonas del cuerpo u otras.
Sobre el eje vertical tenemos:
■ Primera cadena PM (posteromediana).
■ Segunda cadena AM (anteromediana).
■ Tercera cadena PAAP (posteroanterior-anteroposterior).
Sobre el eje horizontal tenemos:
■ Cuarta cadena PL (posterolateral).
■ Quinta cadena AL (anterolateral).
Por tanto, PM, AM y PAAP se encontrarán desde occipucio hasta sacro, pero también darán ciertas prolongaciones a los miembros.
Las cadenas PL y AL predominarán en los miembros con prolongaciones en el raquis o tronco.
Las cadenas del eje vertical son principales en la estática del sujeto. Son cadenas de postura. Las cadenas AM y PM hacen la postura y la cadena PAAP ritma la influencia entre ambas.
Todas las cadenas son activas, pero en ciertas morfologías son más activas unas que otras.
La cadena PAAP es siempre activa, el psoas es un músculo de esta cadena que estabilizará L3 con respecto a las coxofemorales. Como tiene que equilibrar siempre estará activo y por tanto nunca tendrá sentido muscular un psoas.
PAAP, sobre todo, da impulso para el cambio de una cadena a otra (starter), luego la cadena dominante se hace cargo. PAAP busca los centros de gravedad y es responsable de la extensión axial refleja del sujeto.PL y AL son cadenas del eje horizontal, actúan en los miembros y no tienen una función estática, sino dinámica. Permiten los movimientos de los brazos y de las piernas, ayudadas también por PAAP que dará impulso. Son cadenas con una particularidad, funcionan con un sistema que llamamos cruzado.
Piret-Beziers han estudiado la coordinación motriz y han constatado que los MMSS e II sólo podían realizar movimientos correctos si lo hacían en forma de elipse o helicoidales. Un gesto es armonioso si se realiza en diagonal técnica de Kabath. La técnica de Kabath es una técnica facilitadora propioceptiva; es más eficaz que una reeducación analítica porque es fisiológica.Las cadenas PL y AL actúan siempre conjuntamente, lo que no ocurría con PM y AM. Esto quiere decir que una reeducación de los miembros siempre debe hacerse en torsión. Es la armonía en torsión lo que hace que un individuo esté bien equilibrado en los miembros. El conjunto de las cadenas musculares se enrollan sobre las articulaciones. Cuando tenemos un exceso de una o dos cadenas tendremos un morfotipo muy bien definido, con fenómenos de degradación si el fenómeno continúa.
No intentaremos equilibrar al sujeto siempre en PAAP, sino localizar los tipos o zonas débiles de su morfotipo.
2.2. Unidades Funcionales
Dentro del sistema miofascial, el cuerpo humano se divide en diversas unidades funcionales, que son:
■ Unidad funcional cefálica que comprende cabeza y cuello.
■ Unidad funcional del tronco que comprende tórax y abdomen.
■ Unidad funcional para cada miembro y mandíbula.
Estas tres unidades funcionales, nos marcan la independencia de cada una, de manera que tienen un poder de autogestión para solucionar sus problemas regionales, pero a su vez se relacionan entre sí y cooperan hasta conseguir una organización general.
Cada unidad funcional, utiliza un mismo sistema de organización, basado en su sistema miotensivo recto y otro cruzado. Unido al sistema de cadenas miofasciales, hay que contemplar la analogía de las estructuras óseas compuesta por tres esferas:
■ Cabeza.
■ Tórax.
■ Pelvis.
Estas tres cavidades o cajas tienen aspectos comunes y a su vez tienen particularidades respecto a sus funciones. Los aspectos comunes son:
■ Las tres cavidades albergan órganos y vísceras.
■ Poseen un diafragma que las aísla o separa.
■ Están influenciadas por el ritmo de su propio diafragma.
■ Las tres esferas están sincronizadas, pero cada una es independiente a su vez, en relación a las contracciones musculares de sus respectivas regiones y a la necesidad de moverse.
3. SINERGIAS
Existe una clasificación muscular (Williams et al, 1995) que describe cada músculo según su función en cada movimiento concreto. Cualquier músculo puede actuar como motor primario (agonista), antagonista, fijador o sinergista (no debe confundirse con la clasificación de Commerford & Mottram, 2001, que los clasifica en estabilizado-res locales, estabilizadores globales, y movilizadores globales). La manera en la que cada músculo actúa depende de varios factores:
■ Posición inicial.
■ Dirección del movimiento.
■ Velocidad del movimiento.
■ Fase del movimiento.
■ Resistencia al movimiento.
3.1. Motor primario y antagonista
Cuando un músculo está activo al iniciar y mantener un movimiento, está actuando como motor primario. Un músculo que se opone a un motor primario se considera antagonista.
3.2. Cocontracción de agonista y antagonista
Podría asumirse que cuando un músculo motor primario se está contrayendo, el antagonista permanecerá inactivo. Sin embargo, hay muchos ejemplos de cocontracción de agonistas y antagonistas: Durante la extensión activa máxima de la rodilla, los flexores de la rodilla también se contraen, aunque en menor grado (Baratta et al 1988). Al extender el tronco durante tareas de levantamiento de cargas, existe una óde los exores y los extensores del tronco (Granata & Marras 1995). Cuando el biceps braquial se contrae de manera excéntrica, para controlar la extensión del codo, hay una activación del tríceps (Norman & Komi 1979).El efecto de esa cocontracción es aumentar la rigidez articular y por tanto la estabilidad de la misma, lo que probablemente sea necesario en movimientos complejos. Hay, por tanto, una actividad de los agonistas y los antagonistas durante los movimientos activos, pero esta cocontracción depende de la actividad. De hecho, la cantidad de cocontracción está relacionada con el control motor: Es mayor cuando la habilidad motora es peor, y se reduce cuando esta mejora (Osu et al, 2002). La co-contracción aumenta con la edad (Hortobagyi & DeVita 2000), y se cree que aparece para compensar las limitaciones neuro-motoras asociadas al envejecimiento (pérdida de fuerza, incremento del tiempo para desarrollar el torque, disminución de la sección transversal de las fibras muscular tipo II, y un empeoramiento de la propiocepción.
3.3. Fijadores
Como su nombre indica, se contraen para fijar un hueso. Músculos a ambos lados de una articulación en ocasiones actúan a la vez para crear una base sólida sobre la que otro músculo pueda actuar: Por ejemplo, los músculos de la muñeca se contraen juntos para fijar la muñeca cuando apretamos el puño.
3.4. Sinergistas
Cuando un músculo actúa sobre dos o más articulaciones, pero el movimiento requerido es sólo sobre una de ellas, otros músculos se contraerán para contrarrestar ese movimiento. Por ejemplo, la contracción de los flexores de los dedos provocaría flexión simultánea de los dedos y la muñeca. Los extensores de la muñeca se con-traerán para eliminar la flexión de la misma cuando, como en el ejemplo anterior, apretamos el puño con fuerza. De esta manera, actúan como sinergistas.
De la misma forma, durante la flexión del codo con el antebrazo pronado, la con-tracción del bíceps braquial provocará flexión y supinación; para mantener el ante-brazo pronado, el pronador cuadrado y el pronador redondo se contraten y, por tanto, actúan como sinergistas. Este fenómeno se observa en el resto del cuerpo, como por ejemplo en la columna cervical, columna torácica y escápula durante el movimiento de la glenohumeral.
Desgraciadamente, la objetivación clínica de este fenómeno de sinergia muscular es muy complicada. Las señales visuales o palpatorias no son fiables para notar cuando un músculo está activo (y de qué manera). El sistema de clasificación de motor primario, antagonista, sinergista y fijador puede utilizarse para hacer un tosco (y probablemente impreciso) análisis del movimiento. Un biofeedback de presión (Chatanooga, Australia), un ecógrafo (Hides et al, 1995) o el biofeedback por EMG (Richardson et al 1999) pueden darnos información sobre la actividad muscular, pero de manera muy limitada.
4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
■ Cadenas musculares y principales patologías. E Carrilero Andreu, E Pardinilla Bentué, S Planas Layunta, P García Lázaro. Fisioterapia. Vol. 21. Núm. 2. Abril 1999
■ Estructura del músculo esquelético, función y plasticidad: bases fisiológicas de la fisioterapia / Richard L. Lieber. McGraw-Hill/Interamericana, 2004.
■ Fisiología clínica del ejercicio. José López Chicharro, Luis Miguel López Mo-jares Buenos Aires-Madrid. Ed Médica Panamericana, 2008.
■ Las cadenas Musculares. Leopold Busquet. 2004
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