Será el secreto de la genialidad de Leonardo da Vinci, el TDAH???
Un estudio refuerza la hipótesis de que el genio renacentista sufrió este trastorno psiquiátrico. Cristina Sáez (2019) menciona que “Este hombre nunca termina nada”, solía decir el Papa León X sobre el genio renacentista Leonardo da Vinci. Pintor, escultor, inventor y autor de algunas de las piezas de arte más icónicas de la humanidad, cuentan las crónicas de la época que el creador de la Gioconda comenzaba mil y un proyectos, pero apenas lograba concluir ninguno. Al parecer, era un procrastinador nato y cuando perdía el interés por un tema, lo abandonaba de inmediato.
Un nuevo estudio del King’s College de Londres sugiere que la mejor explicación a esa aparente incapacidad de da Vinci de concluir aquello que comenzaba es que sufriera un trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Esta hipótesis no es nueva; desde hace años diversos neurocientíficos vienen señalado que es muy probable que Leonardo, como Albert Einstein y Thomas Alva Edison, padeciera este trastorno del comportamiento que podría haber influido positivamente en su extraordinaria creatividad y logros.
Ahora, cinco siglos después de su muerte, este nuevo trabajo publicado en la revista Brain y liderado por Marco Catani, investigador del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College, aporta nuevas evidencias para sustentarla.
“ Resulta imposible realizar un diagnóstico postmortem de alguien que vivió hace 500 años”, alega en un comunicado Catani, que sostiene que “el TDAH es la hipótesis más convincente y científicamente posible para explicar la dificultad de Leonardo de acabar sus trabajos”. Este investigador señala que los registros históricos muestran que el genio italiano del Renacimiento pasaba “un tiempo excesivo” planeando futuros proyectos pero que carecía de perseverancia. “Que sufriera TDAH podría explicar también aspectos de su temperamento y su extraordinaria pero volátil genialidad”, remacha Catani.
El TDAH es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia y se estima que lo padece el 5% de los niños. Es de origen neurológico y está provocado por un desequilibrio entre dos neurotransmisores cerebrales, la noradrenalina y la dopamina. Afecta al comportamiento y se suele caracterizar por una incapacidad para acabar tareas, procrastinación, inquietud.
En este sentido, los relatos de la época presentan a un Leonardo que siempre estaba moviéndose, a menudo saltando de una tarea a otra. Como también les ocurre a muchas personas con TDAH, el artista italiano también dormía muy poco y solía alternar ciclos de pequeñas cabezadas con ciclos de trabajo.
Pero da Vinci era también un curioso consumado. Mario Livio, astrofísico, explica en “Por qué: qué nos hace ser curiosos” que Leonardo llegó a tener en su biblioteca 106 libros sobre casi todas las materias de conocimiento de la época. “Le interesaba todo e intentó hacer incursiones en todos los campos”, afirma y lo califica de caso de “extrema curiosidad diversificada”.
En este sentido, este nuevo estudio sobre la mente de da Vinci sugiere el TDAH podría haber influido de forma positiva a que la mente del genio divagara, lo que hubiera aumentado su creatividad y originalidad. No obstante, señala, los beneficios que eso podría aportar en las primeras fases del proyecto podría convertirse en un obstáculo más adelante, al hacer que su interés cambiara a otra cosa distinta sin haber concluido la primera. Su curiosidad voraz lo ayuda a ser disruptivo, pero también lo distraía e impedía que acabara sus proyectos.
Además, se sabe que Leonardo era zurdo y también disléxico, como se puede intuir a partir de las notas que tomaba en sus cuadernos sobre ideas u observaciones que más adelante podían derivar en un invento. La mayoría de esas notas están escritas al revés, como si estuvieran pensadas para leerse con un espejo.
“El caso de Leonardo muestra que el TDAH no está vinculado a un coeficiente intelectual bajo o a una falta de creatividad” como se suele creer popularmente, “sino más bien con la dificultad de capitalizar talentos naturales. Espero que el legado de Leonardo pueda ayudarnos a cambiar algo del estigma que rodea el TDAH”, afirma Catani.
Las personas con TDAH tienen el cerebro diferente???
El cerebro de las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es diferente al del resto de la población, según concluye el estudio más amplio que se ha realizado sobre la cuestión.
En esta investigación, en la que han colaborado médicos y neurocientíficos de once países, se han analizado con resonancia magnética los cerebros de 1.713 personas diagnosticadas de TDAH y se han comparado con los de otras 1.529 personas sin el trastorno.
Según los resultados presentados ayer on line en la revista The Lancet Psychiatry, se han detectado diferencias significativas en cinco estructuras distintas del cerebro. Asimismo, se ha observado que el tamaño del cerebro es menor en las personas con TDAH que en la media de la población. Los autores del trabajo proponen, a partir de estas observaciones, que el TDAH está relacionado con una maduración tardía del cerebro.
Los padres deben saber que el trastorno no es una etiqueta para niños difíciles y no se debe a una mala educación!!!
“El TDAH es un trastorno del cerebro”, escriben los investigadores. “Transmitir este mensaje a los padres y a los pacientes puede ayudar a reducir el estigma del TDAH y a mejorar la comprensión del trastorno”. Los nuevos resultados, recalcan, demuestran que el TDAH “no es sólo una etiqueta para niños difíciles y que no está causado por una mala educación de los hijos”.
Se estima que el TDAH afecta a un 5,3% de niños y adolescentes –aproximadamente uno de cada veinte–, lo que lo convierte en uno de los trastornos neuropsiquiátricos más comunes. Aunque el problema suele remitir con el crecimiento a medida que el cerebro madura, dos tercios de las personas diagnosticadas de TDAH siguen presentando síntomas de adultos.
Las cinco áreas del cerebro en las que se han detectado alteraciones en las personas con TDAH son estructuras neurológicas profundas que tienen múltiples funciones. Esto explica que el TDAH sea “un trastorno tan complejo que afecta a distintos aspectos del comportamiento”, declara Òscar Vilarroya, investigador de la Fundació IMIM y de la Universitat Autònoma y coautor del trabajo.
Estudios anteriores basados en muestras más pequeñas de pacientes ya habían detectado diferencias anatómicas en tres estructuras cerebrales de personas con TDAH: el núcleo accumbens, el núcleo caudado y el putamen.
Dado que el núcleo accumbens tiene un papel central en el procesamiento de la sensación de recompensa, el hecho de que esté alterado se ha relacionado con los problemas de falta de motivación que afectan a menores con TDAH.
El nuevo estudio confirma estas observaciones y las amplía a otras dos estructuras que hasta ahora no se habían relacionado con el trastorno: la amígdala y el hipocampo. Las alteraciones registradas en la amígdala “son importantes porque esta región vincula el TDAH con problemas de regulación emocional”, destacan los investigadores en The Lancet Psychiatry.
Situada aproximadamente en el centro del cerebro, la amígdala es una estructura primitiva, que compartimos con aves y reptiles y que tiene un papel esencial en las emociones y sus consecuencias en la conducta –entre ellas, la agresividad y la impulsividad–.
Estudios actuales revelan que los investigadores han analizado el cerebro de 3.242 personas con resonancia magnética, y el resultado???
Los problemas de regulación emocional “están presentes con frecuencia en pacientes con TDAH, pero todavía no se han incluido en los criterios oficiales” de diagnóstico del trastorno, apuntan los investigadores. “Nuestro trabajo aporta apoyo neurobiológico (…) para reconocer la importancia de los problemas de regulación emocional en pacientes con TDAH”.
La magnitud de las alteraciones registradas en el cerebro de pacientes con TDAH “es comparable a la que se ha registrado en otros estudios en enfermedades psiquiátricas como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar”, observa Òscar Vilarroya. “Queda demostrado de manera definitiva que el cerebro de las personas con TDAH no es igual” que el de personas sin el trastorno.
El motivo por el cual se producen las alteraciones neurológicas del TDAH, sin embargo, se desconoce. Los autores de la investigación las atribuyen a un retraso en la maduración del cerebro, pero por ahora no saben por qué se produce este retraso.
Aunque las alteraciones detectadas con resonancia magnética son significativas, por ahora aún no es posible diagnosticar el TDAH con esta técnica de imagen. “A partir de estos resultados, tal vez se pueda desarrollar en el futuro una técnica de diagnóstico”, señala Vilarroya. Pero las diferencias entre los cerebros con y sin TDAH se han detectado en el marco de un proyecto de investigación que no tenía por objetivo diagnosticar el trastorno.
El artículo publicado ahora representa los primeros resultados del Grupo de Trabajo Enigma TDAH, un consorcio internacional fundado en el 2013 para compartir datos de pacientes y comprender mejor el trastorno. La investigación ha sido coordinada desde la Universidad Radboud de Nimega (Holanda). Por parte española han participado 198 voluntarios –aproximadamente la mitad pacientes y la otra mitad controles–, y equipos científicos de la Fundación IMIM del hospital del Mar, del hospital Vall d’Hebron y de la UAB.
Y...cuáles son las actividades más idóneas para trabajar la concentración y controlar los impulsos, en los niños con TDAH???
1. Hacer actividades musicales:
Aprender a tocar un instrumento, así como leer y componer nuevas piezas musicales, es “especialmente beneficioso” para los niños con TDAH, ya que ello “se refleja en nuevas fibras nerviosas en el lóbulo frontal del cerebro; la relación entre la música y la génesis de neuronas y de asociaciones entre ellas proporciona habilidades cognitivas fundamentales para revertir alteraciones de la conducta como las propias del TDAH”, afirma Marta Calderero.
2. Jugar con perros:
Investigadores de la Universidad de California demostraron que la terapia asistida con perros puede ayudar a niños con TDAH a mejorar sus habilidades sociales y a reducir las conductas problemáticas. Los resultados del trabajo demostraron que los niños que habían sido tratados con perros experimentaron un aumento de la capacidad de atención y progresos notables en las relaciones con los demás. Según explica Calderero, “divertirse jugando con perros ayuda al niño a ser más consciente de los momentos en los que pierde la atención o se comporta de manera impulsiva; por ejemplo, el perro reacciona buscando la atención del niño cuando este se despista; o, por el contrario, se queda quieto cuando el niño actúa impulsivamente saltándose las instrucciones; estas reacciones del animal ayudan al pequeño a corregir la conducta al momento y, por ende, a mejorar a largo plazo”.
3. Hacer actividades físicas y deportes:
La práctica diaria de deporte beneficia la cognición y el comportamiento respecto al aprendizaje de niños y adolescentes de entre 6 y 18 años con diagnóstico de TDAH, según las conclusiones de un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Jaén (UJA). Si durante unos 20 minutos realizan una actividad física de alta intensidad, su velocidad de procesamiento y su memoria de trabajo mejoran, así como también sus habilidades de planificación y de resolución de problemas. Desgraciadamente, estos resultados solo se mantienen a corto plazo, y no son permanentes. Por esta razón es recomendable que los jóvenes con TDAH hagan ejercicio físico de alta intensidad antes de estudiar para un examen y también durante las horas previas a la prueba de evaluación.
Lamentablemente, a medida que el niño se va haciendo mayor, y si sus calificaciones van empeorando, algunos padres optan por retirarlo de las actividades extraescolares deportivas y las sustituyen por clases de refuerzo de la materia suspendida. “Se trata de un error”, advierte Acebes, “porque es fundamental que un niño con TDAH haga actividad física regularmente; por eso hay que ayudarle a encontrar la disciplina que a él le guste y asegurarnos así de que disfruta del ejercicio y que no le supone una dificultad añadida”.
4. Actividades de relajación como el yoga:
Disciplinas como el mindfulness y el yoga “entrenan a los niños en el reconocimiento de sus emociones, les ayudan a centrar la atención, a estar tranquilos y a aprender a estarse quietos”, explica Acebes. De hecho, una investigación con niños de entre 7 y 12 años, llevada a cabo por la unidad del trastorno por déficit de atención e hiperactividad del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), demostró que la conciencia plena (mindfulness) reduce la inatención, la hiperactividad, la impulsividad y la desregulación emocional de los niños con TDAH. Gracias a la conciencia plena, siempre practicada de manera relajada, los niños que padecen este trastorno pueden aumentar su inteligencia interpersonal. Mediante esta herramienta terapéutica, los pequeños reflexionan sobre su persona y se comprenden más a sí mismos. “Potenciar su inteligencia intrapersonal permite que sean más conscientes de sus estados y de las metas que desean alcanzar, y, en consecuencia, que sean capaces de planificar mejor su manera de actuar”, explica Calderero.
5. Jugar al ajedrez:
El ajedrez es una actividad que requiere mucha concentración. Quizá por ello pueda parecer contraproducente para a un niño con TDAH. Sin embargo, siempre y cuando se ponga en práctica en un contexto terapéutico y supervisado por profesionales, se ha revelado como un ejercicio altamente eficaz en el tratamiento de este trastorno, como han demostrado en el Hospital Universitario Puerta de Hierro, en Majadahonda (Madrid), poniendo en marcha el programa Jaque Mate al TDAH. En este sentido, Calderero explica que “el ajedrez permite trabajar la inteligencia logicomatemática y crear hábitos positivos durante el juego”, los cuales más tarde pueden ser aplicados en otros contextos de la vida diaria, como la evolución de mejores hábitos de estudio o un comportamiento más adecuado al interactuar con los demás, respetando los turnos de palabra.
6. Realizar artes plásticas:
“Existen varios estudios que indican que los niños con TDAH tienen una especial tendencia a la creatividad”, explica Acebes, que recomienda las terapias relacionadas con técnicas plásticas y las califica como “estimulantes y motivantes”. Además, la neuropsicóloga destaca que las disciplinas artísticas requieren “concentración, la regulación emocional o de los impulsos, y una combinación de diferentes capacidades orientadas a la ejecución de un plan y la obtención de un resultado”.
Referencias bibliográficas:
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