La respiración es un proceso fisiológico indispensable para la vida, en condiciones normales se realiza por las fosas nasales y tiene funciones bactericidas y de calentamiento del aire. Gracias a este proceso se adquiere oxígeno y libera dióxido de carbono producido por la activad metabólica celular. Se encuentran involucrados los pulmones, el tórax, diafragma, abdomen y músculos intercostales, adicionalmente trabajan en conjunto con el sistema nervioso central y el sistema cardiopulmonar.
Qué es la respiración oral?
La respiración oral es una disfunción del sistema respiratorio, provocada generalmente por una obstrucción nasal o nasofaríngea, que implica respirar por la boca de forma habitual o crónica en lugar de por la nariz.
Esta alteración del sistema respiratorio puede ocasionar malformaciones faciales y orales, alteraciones corporales e incluso trastornos fisiológicos e intelectuales.
Es importante aclarar que la respiración bucal ocasional no debe preocuparnos. Es la respiración oral crónica la que puede suponer un problema para la salud, siendo recomendable su tratamiento, especialmente en los niños.
Cuáles son las posibles causas?
La respiración por la cavidad oral suele empezar a temprana edad, siendo múltiples las causas que pueden dificultar la respiración nasal de los más pequeños y provocar la respiración oral, por lo que se recomienda siempre las actividades de diagnóstico de un equipo multidisciplinario, conformado por el otorrinolaringólogo, fooaudiólogo/logopeda/terapeuta de lenguaje, odontólogos(OFM), fisioterapeutas/kinesiologos/terapeutas físicos, etc.:
- Vegetaciones o amígdalas demasiado grandes (hipertrofia adenoidea)
- Desviación del tabique nasal
- Infecciones respiratorias frecuentes o crónicas
- Pólipos nasales o tumores en la vía respiratoria superior
- Rinitis alérgica
- Sinusitis
Qué consecuencias ocasiona respirar por la boca?
Al no poder respirar por la nariz, instintivamente la boca se abre alterándose desde la colocación de lengua hasta el equilibrio corporal. En el niño, en pleno crecimiento y maduración, si la situación se mantiene demasiado puede provocar unos cambios difíciles luego de revertir.
Y no solo es un problema respiratorio, pueden aparecer complicaciones a medio y largo plazo como malformaciones faciales y orales, cambios en la postura, problemas de audición, alteraciones del olfato y del gusto, así como trastornos del sueño, del lenguaje o intelectuales e incluso de sociabilización.
- Malformaciones faciales y orales. Respirar por la boca provoca que la mandíbula se abra, la lengua baje y en ocasiones salga de la boca disminuyendo el estímulo lingual sobre el crecimiento normal de los huesos del cráneo. Sin este estímulo, los huesos de la cara crecen de forma vertical, desarrollando malformaciones faciales y orales, dando lugar a caras alargadas, sin pómulos, dientes que no encajan, apiñados y mal colocados.
- Problemas de equilibrio por alteraciones corporales. Al respirar por la boca, el niño tiende a adelantar la cabeza y a echar los hombros para delante. Este pequeño cambio altera la posición de su columna vertebral llegando hasta la planta de los pies para compensar el equilibrio corporal alterado. Aparecen entonces chepa o cifosis dorsal, pies planos, tórax poco desarrollado.
- Problemas en el oído. El oído es otra de las estructuras afectadas. Al respirar por la boca, las presiones dentro de la nariz y boca no se equilibran correctamente y el oído medio, que está en contacto con la nariz a través de la trompa de Eustaquio, no se ventila. Esto predispone a otitis y al acumulo de moco en las vías altas causando infecciones de repetición e incluso alteraciones de la audición.
- Problemas al deglutir. Respirar por la boca también puede provocar una alteraciones en le deglución, ya que al tener que compartir la misma vía para respirar y deglutir, siendo la primera vital, los niños tienden a tragar rápido o incluso dejen de comer.
Otros problemas causados por la respiración oral:
- Alteraciones de los sentidos del olfato y del gusto.
- Trastornos del sueño, con ronquidos, babeo nocturno o insomnio.
- Problemas en el lenguaje, con habla imprecisa o sonoridad nasal exagerada.
- Apatía, cansancio crónico dificultades de atención y concentración e incluso trastornos de la memoria.
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